Rafael Fernández Céspedes
Fotos: Elder Leyva
Cercano al fondo del vetusto edificio, frente a una también añosa plaza de la ciudad, profesionales velan por la memoria histórica. Su trabajo es desconocido para muchos. Se trata del Registro Provincial de Bienes Culturales (RPBC), sita en calle Agramonte, número 190, esquina Maceo. Este centro pertenece al Ministerio de Cultura. Solamente radica en cabeceras provinciales y se haya adscripto a la dirección de Patrimonio Cultural. Su misión principal es la protección de este último y exige porque se cumplan las leyes relacionadas con él. Según su director en Holguín, Rafael Fernández Céspedes: “los bienes culturales son muy diversos, forman parte de la creación humana. Generalmente son bienes materiales, que dejan una huella, son relevantes y forman parte de la cultura de un pueblo. Pueden ser expresiones de la literatura, el arte, los oficios….” ¿Cuál es la función de este centro? Aquí brindamos varios servicios, entre ellos el de exportación e importación de bienes culturales, el cual está amparado en la resolución 57 de 1994, del Ministro de Cultura. La misma establece que todas las personas, naturales o jurídicas, a los efectos de exportar un bien cultural, cuando llegan a fronteras deben portar un certificado legal, si no el objeto puede ser decomisado.” Esta institución cobra mayor valor a la luz de las nuevas leyes migratorias. Fernández afirma: “algunos creen que todo es prohibitivo y no es cierto. Existen directivas de trabajo establecidas por el Consejo Nacional y norman cuáles son los bienes que no pueden salir. Hay procedimientos para que las personas puedan exportar aquellos objetos que les sean autorizados, con todas las garantías legales establecidas. Son los bienes con valor patrimonial o museable a los que el país limita o prohíbe la exportación.” “Además existen certificados de importación. Al entrar al territorio cubano los viajeros deben declarar si traen algún objeto de naturaleza patrimonial o artística. Cuando esta persona termina su estancia en Cuba se le hace el trámite de exportación, lo cual le permite justificar el objeto a su salida de la Isla.” Relacionado con este tema se encuentra otro de los servicios que brinda el Registro, el de fiscalización a las entidades comercializadoras de bienes culturales. “Lo hacemos para que no se vendan bienes del patrimonio cultural”, explica el director del RPBC: “esto se lleva a cabo a través de la colocación de un sello a las piezas que estén aptas para la venta. Existe un libro que contiene, entre otros datos, el número de sello y la descripción de la obra. Dentro de la política de facilitación al viajero, implementada hace 4 años, se brinda el servicio de colocación del sello en la frontera, como un trámite de última hora. Allí trabaja un personal especializado, proveniente de nuestras oficinas, que presta colaboración a la Aduana para realizar un mejor trabajo de enfrentamiento y control a los intentos de exportación ilegal de bienes patrimoniales. Todo está en función de proteger el patrimonio del país.” ¿Y el registro de los bienes? “Este trámite no es obligatorio pero otorga una serie de ventajas. Para hacerlo la ley establece que pueden asistir a la oficina del Registro por un requerimiento de esta o por propia voluntad. El objetivo no es ser restrictivo, ni quitarles los bienes a las personas. Somos muy fuertes con los bienes del Estado que se hallan en sus instituciones. Allí hacemos inventarios y una notificación de inscripción, procedimiento similar a cuando nace una persona. Entonces se hacen revisiones periódicas para constatar la permanencia de los bienes registrados y verificamos sistemáticamente que tengan las condiciones de seguridad adecuados. No se les debe hacer labores de restauración y no son exportables en el territorio nacional hasta tanto lo autoricemos. En el caso de las personas naturales se es más flexible, aunque la ley es igual para todos. Al ser las personas dueñas de sus bienes somos persuasivos, a menos que tengan objetos de valor excepcional, por ejemplo algo de alto significado histórico para la nación, que trasciende el interés personal para llegar al colectivo.” Como se explicaba anteriormente, la inscripción tiene ventajas pues quienes la realizan pueden regalar los bienes, intercambiarlos o venderlos, pero siempre en el interior del país. “Otra de las ventajas de nuestros servicios”, explica Fernández, “es que el propietario del objeto, una vez que lo haya inscrito, podrá tener toda la información especializada del mismo, o sea una tasación, lo cual actualmente es muy importante pues posibilita conocer el justo valor de una pieza. Ante la posibilidad de entregar objetos de arte como garantía de préstamos bancarios, este servicio adquiere significación notoria. También la tasación permite que se puedan contabilizar en una herencia o divorcio estos artículos. Así mismo, cuando ocurre un delito y el artículo robado se registró, es posible dar a las autoridades una descripción exacta, lo cual ayuda mucho en el proceso investigativo.” ¿Cuál es el rol del Registro ante los hechos delictivos? “Contamos con un sistema nacional denominado Alerta de Robo y también tenemos un convenio sobre esta materia con Interpol. Cuando un objeto ha sido robado y nos lo comunican, inmediatamente lo notificamos al sistema nacional, la información se circula por las fronteras del país y a Interpol. Este es un modo eficaz, se han recuperado objetos por esta vía. Pese a que Holguín no se cuenta entre las provincias en que se han cometido más incidentes delictivos, se han detectado algunos, entre ellos el caso de La Periquera, de donde sustrajo, hace dos años, una pistola que el Comandante Camilo Cienfuegos le regaló a Eddy Suñol. El arma fue recuperada a los pocos meses. En 2012 fue robado un puñal de los hermanos Martínez Tamayo, miembros de la guerrilla del Che. El hecho ocurrió en el Museo Municipal de Mayarí. También desaparecieron dos aves del Museo Provincial de Ciencias Naturales. Los hechos delictivos están relacionados con varios factores como son las violaciones de las normas y procedimiento de seguridad en la entrega y recibo de la guardia. Además muchas personas vienen al país vestidos como turistas comunes y son coleccionistas internacionales o individuos con el propósito de comprar piezas en un precio menor al que existe en el mercado internacional y tratan de tentar a algunas personas, incitándolos a que cometan delitos. En muchas ocasiones utilizan a trabajadores de las instituciones o personal de seguridad. Otra de las causas es que con frecuencia en los museos no se cumple con los chequeos sistemáticos establecidos para estos centros. Para evitar actos de esta naturaleza se implementan medidas. Así lo ilustra La Periquera, donde antes el personal de seguridad era nuestro y ahora son guardias de SEPRO. También se han instalado alarmas y sistemas de cámara.” La preocupación estatal por la salvaguarda del patrimonio es notoria y así debe suceder también con cada cubano. Para ello existe el Registro de Bienes Culturales. Sus servicios están a la disposición de aquel que los requiera a fin de preservar nuestra Historia y cultura.
elskramujo 